Se ha asumido tradicionalmente que una de las principales desventajas de la democracia Directa era su mayor coste,
en comparación con la democracia representativa pura. Estos costes se basan sobre todo en:
1.- Los costes de organización del referéndum que debe asumir el estado más los costes derivados de la recogida de
firmas para el lanzamiento de una iniciativa popular. Podríamos llamarlos costes directos.
2.- El coste del esfuerzo que los ciudadanos deben hacer para informarse sobre una propuesta sometida a referéndum,
más el esfuerzo que supone desplazarse hasta la urna a votar. Estos son llamados costes internos o de toma de
decisiones.
3.- Además, se daba por hecho que la toma de decisiones mediante el proceso de iniciativa popular era más
ineficiente (y por tanto más costoso en el medio plazo para los ciudadanos). Es decir, el coste que surge cuando un
grupo toma una decisión desfavorable para un individuo, llamados costes externos.
Sin embargo, estudios detallados realizados en los últimos tiempos por científicos que mayoritariamente provienen de la
disciplina de "Public Choice" (que se centra en el estudio de la política basado en principios económicos) parecen
contradecir esas opiniones.
Los costes de la Democracia Directa
No hay comentarios:
Publicar un comentario